jueves, 26 de abril de 2012

¿Un breve descanso publicitario?

He de deciros que detengo mi fan fic de los juegos del hambre por problemas personales y bueno porque hoy día 26/04/2012 quiero hablar sobre mis sentimientos. Siii!!! Por fin conoceréis al verdadero Ian!!!! hoy dedico mi espacio a alguien especial con algo que improvisaré sobre la marcha, algo que consiga haceros sentir lo que siento yo desde hace unos días.


 "La verdad no entiendo el porqué de mi actitud, no entiendo porque empecé a tratarle así y es que rebuscando entre mis recuerdos solo puedo llegar a una única conclusión: rencor. Nunca fui una persona rencorosa, siempre perdonaba al prójimo sin importarme lo que me hubiera dicho o hecho aunque hay veces que es imposible perdonar lo que verdaderamente estruja mi corazón. Hoy os hablaré de mi relación con Dante, si ese demonio idolatrado que aparece en mi vida día si y día también.


 Al principio algo en nuestras vidas provocó que nuestros destinos se encontraran. Yo provenía de un mundo repleto de luz, un falso idilio de lo que la vida podía llegar a ser.

En cambio él caminaba desde un mundo lleno de sombras, oscuridad y sufrimiento. Nuestros mundos entrechocaron y poco a poco me fui dando cuenta de que no todas las esquinas de mi mundo tenían luz, que la oscuridad de mi corazón había sido ocultada bajo grandes mantos de luminosidad. Y todo porque no quería volver a sufrir, no quería volver a repetir los errores del pasado, aun cuando lo hacía mi mente lo ocultaba para no dar cavidad a mis errores. Junto a él pasé los días más grandes de mi vida, reía sin importarme el porque y mi vena novelista cada día estaba a flor de piel, escribía porque había encontrado el significado a mis palabras y mi mundo poco a poco se iba tiñendo del negro de la realidad.

Aprendí a confiarle mis secretos, a contarle mis sentimientos,... aunque poco a poco había un sentimiento que era imposible de explicarle, un sentimiento que nunca más me juré sentir: Yo le amaba. Descubrí que era la persona idónea para mantenerme en la realidad el tiempo estimado para sobrevivir, él conseguía alejarme de un mundo corrupto y llevarme a un país donde podíamos mirar dragones a través de la ventana. Pero poco a poco esa puerta al ensueño se fue cerrando, ya no podía entrar,... Dante me cerraba sus puertas, ya no confiaba en mí, no me prestaba los ingredientes para entrar en su mundo,... de nuevo mi mundo se desmoronaba, mi mentalidad se volvía cruel y poco a poco me transformaba en lo que nunca quise.

 Rencoroso tenía que demostrarle lo que él me había hecho sentir así que poco a poco yo fui encerrándole en su propio mundo. Alejé mi mano de la apertura de su abismo, alejé mis cánticos de donde sus oídos pudieran escucharlos, alejé mi silueta de sus ojos y desaparecí,... únicamente podía comunicarse conmigo a través de una barrera digital.

Quería demostrarle que su indiferencia me hacia sufrir y que como las hadas que una vez creamos en nuestro ensueño, yo desaparecería de su mundo si él no creía en mí. Pero aun así mi sufrimiento no cesaba, cada locura que me contaba mi corazón recibía un aliento de frialdad, mi corazón se estremecía pero no llegaba a sufrir. Entonces encontré el reloj de nuestro tiempo, un reloj en donde me veía caminando solo, lejos de su sombra. Sus locuras estaban matándolo.


 Ahora,... me arrepiento de mis actos, de nuevo haciendo algo que me prometí en el pasado que nunca haría,... arrepentirme. Le hecho de menos, le extraño,... quiero tenerle a mi lado, al menos quiero aprovechar mi tiempo junto a él, quiero volver a escaparme de mis compromisos únicamente para sentarme con él en un parque hablando mientras un viejo pederasta nos observa,... quiero acompañarle hasta la puerta del fin de su viaje al menos hasta que me sea posible,... quiero intentar hacerle feliz,...

 Derramo lágrimas sobre mi teclado, sufro bajo el manto de una sombra que veo marchar,... no sé donde estoy, no sé quien soy,... incluso a veces pierdo las ganas de vivir... ¿Acaso sigo vivo?

sábado, 21 de abril de 2012

Juegos del Hambre. Fan fic

CAP. 1

-¡Has vuelto a destrozar un coche de la compañía!-gritó mi padre a la hora de la cena.

-Lo siento padre-dije resignado mientras desahogaba mi furia apretando la servilleta contra mi puño.

-Arthur…-habló mi madre. Era ella la que siempre me ayudaba, la que calmaba la bestia interior de mi padre-Cálmate cariño, es solo un niño, seguro que pronto logrará hacerse con el control del coche.

-¡¡Uno más!!-gritó-¡¡Un cuarto coche!! ¡¡Si no lo consigue, lo daré por perdido!!

Estaba alterado, no le culpaba, el trabajo cada vez era más duro, el presidente Snow exigía cada día más de sus servicios y era normal que lo pagara con su familia, con su hijo. Cabizbajo dirigí mi mirada a mi hermana Samantha, ella intentaba disimular la furia que le causaba el que mi padre nos tratara así, solo sonreía mientras comía de aquel filete de ternera con miel, aun siendo vegetariana mi padre la obligaba a comer carne. Quizá agradecería que esta noche las broncas me las llevara yo y no ella.

-¡Cindy!-grité levantándome de golpe de la mesa-¡Recoge mi comida! ¡Hoy no cenaré más!

La avox que llevaba sirviendo a mi familia desde hace diez años se acercó sin reparo cogió mi cena impoluta y se marchó a la cocina sin decir nada. Bueno, si lo hubiera querido no hubiera podido, el Capitolio seccionaba las lenguas de los criminales y les obligaba a ser esclavos de las familias más ricas. Pero yo no sufría por ellos, se lo merecían, habían hecho cosas malas y eso era el mejor futuro que podrían tener. Antes que la muerte servir a mi familia era como estar en el paraíso.

-¿Puedo entrar Romie?-escuché la voz de mi hermana melliza que empujaba ligeramente la puerta para verme recostado sobre mi almohada chillando y llorando ante la rabia de no poder encararme a mi padre.

-Haz lo que quieras Sam-dije.

Ella entró, se sentó en el borde de mi cama y comenzó a acariciar mi nuca. Su dedo comenzó a jugar con mis cabellos, luego se colocó en uno de los laterales de mi rostro, un poco por detrás de la oreja y comenzó a dibujar enrevesadas figuras que nunca conseguía adivinar.

-No podrías tener una vida mejor-dijo ella-Somos una de las familias más ricas del distrito 1, no muchos tienen la oportunidad de vivir en una mansión de quince plantas y muchos de los de la escuela envidian poder conducir un coche.

-Soy un inútil-dije- Tres coches y no controlo el estabilizador aéreo.

-Te diré un secreto…-se acercó a mi oído-Yo acabé con dos antes de conseguirlo.

-¿Papá no lo sabe?-me giré lentamente y la miré con unos ojos verdes empapados en lágrimas.

-Le pedí a la profesora Stefan que no dijera nada…-explicó- Kylan, su hermano siempre ha sido un bocazas, seguramente papá le dé un bonus por contárselo además de reponer los coches de la compañía automovilística.

-Cuervos,…

-Mamá siempre lo dice Romie, no debemos fiarnos de nadie, porque siempre intentarán engañarnos para llevarse la fortuna de la familia-después juntos acabamos la advertencia que nos llevaban haciendo durante diecisiete años-y los Meertone han luchado mucho durante décadas.

-Samantha Meertone-dije.

-Romeo Meertone-dijo

-Me alegro de ser tu hermano-dijimos de nuevo a coro.

viernes, 20 de abril de 2012

Juegos del Hambre. Fan fic

Con el estreno de la nueva película de "Los juegos del Hambre" saga que me llegó al corazón, aprovecho para colgar el fan fic que escribí el verano pasado. No espero que lo veais como un plagio, o como un intento de superar a Suzanne Collins, solo verlo como las letras de un fiel seguidor de los libros que decide escribir una historia a su propia manera. El fic se basa en mucho tiempo atrás justo antes de los juegos en los que Katniss Everdeen participa, espero que os guste.

Libro Primero: Castillo de Hielo

Prólogo

El coche se me iba para todos los lados, intentaba frenar pero siempre olvidaba apretar el estabilizador aéreo para no caer de golpe sobre el pavimento. Este era el tercer coche que utilizaba e iba por el mismo camino que los otros dos.

-Relájate-me dijo el profesor sin poder apartarse de los agarraderos del asiento del copiloto, justo después de caer al suelo de golpe.

-Lo siento Kylan-le dije sin poder mirarle a los ojos limitándome a mirar los tatuajes azules brillantes que recorrían su cuello.

-Tienes que tomártelo con más calma jovencito-me regañó.

El profesor de automoción aparentaba ser más joven de lo que verdaderamente era. Realmente tenía cincuenta y seis pero los tratamientos del Capitolio parecían haberlo transformado en un hombre de treinta y pocos.

-¿Puedo preguntarle algo señor?-dije.

No es que quisiera eludir el regaño, aunque también serviría, pero llevaba tres semanas, una por coche, queriéndole preguntar que significaban los tatuajes de su cuello. Muchos se tatuaban extraños signos para seguir la moda, elegían colores llamativos para resaltar entre la gente del Capitolio o incluso se tatuaba el cuerpo completo para hacerle frente a aquella gente que se teñía la piel de colores tan llamativos que casi no parecían ser normal.

-Dime Romeo-habló con la sabiduría que le habían concebido los mismos años que ahora no parecían atacar su cuerpo.

-Esos tatuajes ¿Tienen algún significado?-pregunté sin ni siquiera darle tiempo a intuirlo.

-¿Y por qué piensas eso?

-Bueno, si siguieras la moda hubieras escogido colores como el rosa chillón, el naranja o incluso el verde-me expliqué mientras aquel olor a quemado comenzaba a adentrarse por los conductos de ventilación del coche.

No tuve tiempo a terminar de elaborar mi pregunta cuando tuvimos que salir del coche, llamar a un grupo de protección civil y que se lo llevaran de aquí entre rugidos y potentes descargas eléctricas.

-¿Por dónde íbamos?-preguntó curioso por saber las teorías que azotaban mi mente.

-Bueno-proseguí-Creo que soy lo suficientemente empático para saber que nunca te harías un tatuaje si no fuera importante para ti.

-¿En tres semanas han conseguido sacar todo eso?-se acercó a mí como intentando encontrar algo entre mis manos, un detector de mentiras, o algún extraño aparato nuevo para sacar pensamientos o ideas.

-No, no tengo nada señor-dije.

-¿Qué es lo que ves Romeo?-señaló sus tatuajes.

Iban desde el centro del cuello hasta la nuca y después volvían hasta el comienzo de la barbilla. A mi ver parecían olas, o incluso bandadas de aves tan pequeñas que casi era imposible distinguirlas.

-¿Olas señor?

Comenzó a reírse, como si hubiera dicho algo tan ridículo que causara que ahora se sentara en el bordillo de la acera riéndose a carcajada limpia. La gente pasaba y yo casi me avergonzaba de conocerle.

-Es el cuerpo de un dragón-explicó. Y las escapas tenían forma de aves. A decir verdad si que daba el pego, un dragón que emergía de la nada que rodeaba su cuello como si se tratara de una serpiente que intentaba asfixiarlo. Era azul y brillante y si te movías podías ver como el brillo recorría el lomo y las aparentes garras de aquel dragón.

-¿Dónde está la cabeza?-pregunté buscando sin pausa algo que se pareciera a la cabeza de un lagarto. Con grandes ojos, lengua de serpiente y dientes amenazantes y feroces.

lunes, 2 de abril de 2012

Distantes pero unidos

La única persona que me quedaba en el mundo actuaba de esa forma que tanto odiaba. Su habitación, en nuestro piso franco se mantenía completamente vacía, los armarios habían sido saqueados e incluso su cama prescindía de sus mantas. Mi mejor amigo seguía recogiendo sus pertenencias y las metía en una maleta, aunque yo no creía que fuera a cerrar después de todo.

-¿Qué está pasando?-pregunté-¿Porqué haces esto?

Una vez más se limitó a sonreír, a emitir una pequeña carcajada y a seguir recogiendo sus cosas. Siempre había pensado que el mundo se regía por reglas internas en cada individuo, para mí, no responder a las preguntas era como darle la razón al que preguntaba. Pero mis reglas no se le podían aplicar, no a él.

-¡Löwe!-grité sin obtener una reacción por su parte-¡Dante! ¡Rubén! ¡León! ¡¿QUIERES RESPONDERME DE UNA VEZ?!

Enfurecido me acerqué a su maleta y comencé a sacarlo a todo. Sus camisetas comenzaron a volar por la habitación, sus pantalones intentaban huir de mis manos y su ropa interior intentaba proteger al resto de pertenencias. Entonces los vi, aquellos medicamentos que tanto había odiado, aquellas pastillas que solo unos pocos tomaban.

Mis rodillas comenzaron a temblar, mi cuerpo se venció sobre mis extremidades y caí al suelo. Una vez le juré que nunca más lloraría por él, estaba llorando pero no por él, no sentía compasión si no miedo, miedo a perder a la persona que había conocido tiempo atrás.

Löwe no dijo nada, ignoró mi actitud y recogió lo que pudo, cerró la maleta y caminó hacia la puerta de salida. Pentasion,... era la única palabra que me venía a la cabeza. Una vez más la naturaleza de mi ser se revelaba. Los cuadros comenzaron a temblar mientras sufría, el cristal de la ventana se rompió, la cama se movió como poseída, el armario comenzó a abrir y cerrar sus puertas continuamente, el entorno que me rodeaba estaba reaccionando a mi naturaleza.

Entonces sentí su mano posándose en mi hombro, una vez más uno de nosotros violaba las promesas que nos habíamos hecho. El no llorar por nosotros o el no recurrir al contacto físico. Sentí su calor sobre mi cuerpo, su piel acariciando mi piel. Todo dejó de moverse, mientras él conseguía hablar, y una vez demostró que aquello no era su punto fuerte.

-Todo se acaba,...-dijo-no nos quedará más que la muerte,...

Escuché el sonido de un helicóptero, sentí como todo volvía a temblar y no por fruto de mi brujería. Ellos nos habían encontrado, pensé que todo se había acabado en el pasado pero estaba totalmente equivocado, una vez más él tenía la razón.

-La inquisición se repite otra vez-comenté.

-Pentasion es nuestra única alternativa-y Löwe se tomó una de las cápsulas.

Su piel se tensó, sus venas brotaron fuertemente pareciendo querer estallar y su cuerpo comenzó a temblar como nunca lo había hecho. La puerta se abrió de golpe y seis hombres uniformados y armados entraron. Löwe se dió la vuelta y estiró uno de sus brazos, de repente una serie de hiedras salieron de su piel atravesando la misma y produciendo que la sangre que intentaba salir de sus heridas se transformara en sabia acelerando el proceso de cicatrización y formando una capa cristalina sobre sus aperturas. Las heridas de Löwe no eran nada comparadas con el triste destino que aquellos agentes del antiocultismo estaban experimentando. Primero las extremidades vegetales atravesaron los cuerpos vivos de los hombres, después comenzaron a salir espinas que hacían del ataque algo mortal e imparable y finalmente un líquido verde emanaba de la boca de sus enemigos, acababan de ser asesinados.

-Dante,…-susurré temblando.

-¡¿Acaso no lo entidnes?!-gritó mientras tomaba la maleta y saltaba por encima de los cadáveres-Vendrán más y peores, no pararan hasta matarnos a todos. La vieja inquisición de brujas no es nada comparada con lo que ahora se avecina.

Intenté seguirle pero andaba demasiado rápido, demasiado rápido para mí. Atacado por el miedo, los nervios y el temor solo pude llamarle. Era demasiado tarde, ya había cogido el tren, lo había hecho sin mí.


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Dedicada al alma que tuvo que marcharse sin previo aviso, no estoy enfadado solo... te extrañaré