sábado, 21 de abril de 2012

Juegos del Hambre. Fan fic

CAP. 1

-¡Has vuelto a destrozar un coche de la compañía!-gritó mi padre a la hora de la cena.

-Lo siento padre-dije resignado mientras desahogaba mi furia apretando la servilleta contra mi puño.

-Arthur…-habló mi madre. Era ella la que siempre me ayudaba, la que calmaba la bestia interior de mi padre-Cálmate cariño, es solo un niño, seguro que pronto logrará hacerse con el control del coche.

-¡¡Uno más!!-gritó-¡¡Un cuarto coche!! ¡¡Si no lo consigue, lo daré por perdido!!

Estaba alterado, no le culpaba, el trabajo cada vez era más duro, el presidente Snow exigía cada día más de sus servicios y era normal que lo pagara con su familia, con su hijo. Cabizbajo dirigí mi mirada a mi hermana Samantha, ella intentaba disimular la furia que le causaba el que mi padre nos tratara así, solo sonreía mientras comía de aquel filete de ternera con miel, aun siendo vegetariana mi padre la obligaba a comer carne. Quizá agradecería que esta noche las broncas me las llevara yo y no ella.

-¡Cindy!-grité levantándome de golpe de la mesa-¡Recoge mi comida! ¡Hoy no cenaré más!

La avox que llevaba sirviendo a mi familia desde hace diez años se acercó sin reparo cogió mi cena impoluta y se marchó a la cocina sin decir nada. Bueno, si lo hubiera querido no hubiera podido, el Capitolio seccionaba las lenguas de los criminales y les obligaba a ser esclavos de las familias más ricas. Pero yo no sufría por ellos, se lo merecían, habían hecho cosas malas y eso era el mejor futuro que podrían tener. Antes que la muerte servir a mi familia era como estar en el paraíso.

-¿Puedo entrar Romie?-escuché la voz de mi hermana melliza que empujaba ligeramente la puerta para verme recostado sobre mi almohada chillando y llorando ante la rabia de no poder encararme a mi padre.

-Haz lo que quieras Sam-dije.

Ella entró, se sentó en el borde de mi cama y comenzó a acariciar mi nuca. Su dedo comenzó a jugar con mis cabellos, luego se colocó en uno de los laterales de mi rostro, un poco por detrás de la oreja y comenzó a dibujar enrevesadas figuras que nunca conseguía adivinar.

-No podrías tener una vida mejor-dijo ella-Somos una de las familias más ricas del distrito 1, no muchos tienen la oportunidad de vivir en una mansión de quince plantas y muchos de los de la escuela envidian poder conducir un coche.

-Soy un inútil-dije- Tres coches y no controlo el estabilizador aéreo.

-Te diré un secreto…-se acercó a mi oído-Yo acabé con dos antes de conseguirlo.

-¿Papá no lo sabe?-me giré lentamente y la miré con unos ojos verdes empapados en lágrimas.

-Le pedí a la profesora Stefan que no dijera nada…-explicó- Kylan, su hermano siempre ha sido un bocazas, seguramente papá le dé un bonus por contárselo además de reponer los coches de la compañía automovilística.

-Cuervos,…

-Mamá siempre lo dice Romie, no debemos fiarnos de nadie, porque siempre intentarán engañarnos para llevarse la fortuna de la familia-después juntos acabamos la advertencia que nos llevaban haciendo durante diecisiete años-y los Meertone han luchado mucho durante décadas.

-Samantha Meertone-dije.

-Romeo Meertone-dijo

-Me alegro de ser tu hermano-dijimos de nuevo a coro.

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