jueves, 29 de marzo de 2012

No-muertos bajo el sol

No suelo utilizar este espacio para decir las cosas que pienso, para eso tengo el otro blog el cual tengo abandonado (confirmado) pero me gustaría deciros a todos algo que me ha pasado, a mi manera claro.

Un mundo tenebroso solo puede ser combatido por la luz de uno o varios individuos, si esa luz se une se puede formar un gran "farolillo" capaz de acabar con toda la oscuridad pero... ¿Qué pasa si ese farolillo no es suficiente para acabar con la oscuridad que generan millones de personas?

Corrupción, injusticia y avaricia es lo que se ve cada día en las calles y de todos esos condenados hay uno de ellos que guarda un resquicio de luz. Para mí el mundo es como un gran holocausto zombie, si te acercas a ellos, si te muerden quedas infectado para toda la vida. Ahora os hablaré de alguien, alguien que ha conseguido que ese poco de luz que habita en mí se transforme en un gran farolillo sin necesidad de unirme a nadie.

Tiene muchos nombres y uno solo por el que le llamo yo. Esa una persona con la que nunca me hubiera juntado a menos que el destino lo hubiera querido, y así fue. Odio la interrupción en las conversaciones, el me interrumpe cuando hablo. Detesto la impuntualidad, no sé como lo hace pero siempre consigue hacerme esperar (incluso cuando estamos a 5 metros de distancia. Odio las personas que lo ven todo con negatividad, él tiene la costumbre de verlo todo rodeado de una capa de sombras.


¿Y si os dijera que ya no odio ninguna de esas cosas? ¿Y si os dijera que amo que me interrumpa, que me haga esperar, que lo vea todo con un fondo negro? ¿Y si os dijera que cuando me separo de él pierdo la respiración?

Quizá sea raro y muchos pensarán que me he enamorado, pero no es así, al menos de eso estoy seguro sé que siento algo muy fuerte por él pero no es amor, no de la manera en la que una pareja se quiere entre sí. Pero es que de verdad,... siento como si segregara un oxígeno vital para mí, algo indispensable en mi vida, como si los zombies de la vida no fueran rival para mí, al menos cuando estoy con él. Me muero de la risa con sus bromas aunque cuando las pienso veo que un Ian del pasado nunca se reiría de esas bromas. No puedo hablar, no cuando miro sus ojos, me pone nervioso el que me mire y eso cuando tengo un afán incurable de protagonismo.

Me llama Kenne... ¿Y qué más da? ¡Qué me llame como quiera! -.- he intentado durante 21 años huir de las drogas: del tabaco, de la cocaína, del alcohol,... pero verdaderamente ahora sé que él es mi única droga y tengo miedo de que llegue un día en el que sea adicto a él.

Bien, mal; Luz, oscuridad,... ¿Qué más da todo eso? Cada día una voz me habla desde mi interior, me dice cosas que jamás me pararía a escuchar.

-Te volverás loco si intentas comprenderlo,...-dijo anoche.

-Si tengo que enloquecer para poder estar con él, prefiero vivir como un loco antes que vivir como un hombre-le respondí sin pensarlo dos veces.

Dante

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