viernes, 12 de marzo de 2010

El agua ya no es un sitio seguro,... no para ellos

-Repítelo-dijo Sam que se mantenía con el torso desnudo mostrando un cuerpo perfecto cubierto por el sudor.

De nuevo Hina comenzó a asestarle una serie de puños y patadas al mismo tiempo que el los bloqueaba. Sus ojos se mantenían ocultos tras una venda negra y su cuerpo había abandonado las vestimentas de cuero por un chándal deportivo.

-Tienes varios puntos muertos por tu derecha pero si los intentas cubrir aparecen por la izquierda-comentó Sam jadeante cuando Hina terminó.

-¿Cuál es tu solución?-preguntó ella que poco a poco agudizaba el resto de sus sentidos gracias al entrenamiento.

-Cubrir esos puntos con la katana-respondió.

Detrás de ellos Emily que también había abandonado el cuero por la tela como el resto de sus compañeros se mantenía entrenándose cuerpo a cuerpo con Ailyn. Junto a ellas se mantenían Jake e Ian de torsos desnudos entrenando sus patadas y la agilidad que utilizaban para asestarlas.

-He vuelto- se escuchó la voz del licántropo mientras aparecía bajo el marco de la puerta apoyando su pared en él.

-¡Orem!-gritó Ian eufórico viendo que su compañero estaba de una pieza.

Todos se acercaron a darle la bienvenida. El vampiro le dio su mano elegantemente y ambos la sacudieron con frialdad. Hina le abrazó con fuerza y antes de que pudiera separarse del todo de él, aparecía el íncubo empujándola y lanzándose a los brazos de Orem.

-Parece que os alegráis de verme-dijo él sonriente mientras colocaba sus manos detrás de su cabeza.

-¿Difícil?-preguntó Emily que sacudía su mano con frialdad a modo de saludo.

-Complicado-le respondió él con simpatía y esbozando una sonrisa-pero no imposible-

-¡Niños!-se oyó la voz de Ariadna en la lejanía aclamando la presencia de aquellas criaturas.

Se apresuraron a su encuentro pero antes de que todos pudieran salir la demonio de tormenta agarró el brazo de Ailyn.

-Hazlo-le dijo sonriente mientras apretaba un poco el pedazo de tela negra que ocultaba sus ojos.

-¿Estás segura?-preguntó ella.

-No he estado más segura en mi vida-

La bruja chasqueó sus dedos mientras sus labios proferían una palabra en un idioma desconocido para ella. Entonces el filamento que unía la mirada de la bruja con la de la demonio desapareció provocando que la luz que podía divisar Hina a través de los ojos de Ailyn desapareciera para siempre.

-Si tienes complicaciones-comentó la bruja mientras salían de la sala de entrenamiento-Puedo repetir el conjuro-

-No te preocupes-sonrió Hina segundos antes de que soltará una broma- Ya podrás dejar de ocultar nuestra relación a Emily-

-Qué graciosa-ironizó Ailyn mientras su bota golpeaba con suavidad el pie de su compañera-¡Vamos nos esperan!-

Los pasillos les condujeron al salón donde todos se mantenían en torno a la bruja y al demonio del tiempo. Ambos les estaban esperando para comenzar a hablar, para comenzar a explicar el porque de reclamarlos con tanta velocidad.

-No se si lo sabréis-comenzó la mujer-Vuestro primer hogar no se demolió-

-¿Hablas enserio?-preguntó Jake con cierta frialdad segundos antes de que Ariadna asintiera con su cabeza.

-Supongo que las cuevas de Salamanca ya no son un lugar seguro-prosiguió ella tomando cierta severidad-Por lo que hemos decidido que volváis allí. Fortaleceré el hechizo que impedirá que entre cualquier criatura y me aseguraré de que los mortales que lo hagan no puedan veros-

-¡Vale!-dijo Hina un tanto efusiva.

-¿Qué hay de vosotros?-preguntó Emily con frialdad-Si habéis sido traicionados este no es un lugar seguro-
-Iremos con vosotros-respondió Sam cuando de repente las miradas mas antiguas se cernieron sobre él-¡¿Qué?! ¿No es eso lo que acordamos?-

-Sí-respondió Netheril-Este no es un buen sito para proteger a mi familia. Antes de que viajemos necesito que alguno de vosotros se encargue de asegurarse que está limpio de peligro, no quiero que mi hijo sufra más daño-

-Tranquilo-dijo Orem-Nos encargaremos de supervisarlo-

Los seis miembros del nuevo aquelarre se giraron para prepararse, la misión había sido claramente expuesta, viajar al convento abandonado situado en las afueras de la ciudad y limpiarlo de visitantes no bienvenidos.

-¿Ian?-dijo de nuevo la voz del hombre.

-¿Si Neth?- se giró el íncubo con una gran sonrisa.

-Te necesito para resolver unas cosillas-

-¿Qué tipo de cosillas?-arqueó una ceja un tanto morboso.

-Tiene que ver con el armamento que utilizabas en tus castigos-respondió de nuevo.

-Además-interrumpió Ariadna con una gran sonrisa-Necesitamos alguien que nos proteja-

-¿Alguien más?-preguntó el vampiro mientras se giraba antes de que sus compañeros iniciaran la marcha para cambiarse de ropa.

-Tranquilo Jake-le respondió Ariadna acunando a su bebé-Él estará bien-


Los cinco restantes habían salido ya del almacén minutos atrás. Sus pasos envolvían con sutileza la intensa noche que cubría la anterior avenida al inicio del puente Enrique Estebán.

-Ya falta poco-se aseguró Jake mientras colocaba el cuello de su traje de cuero.

Caminaron por aquella acera situada sobre el puente, la carretera de este se mantenía completamente vacía pues nadie circulaba a esas horas de la madrugada. El silencio se había mantenido después del comentario del vampiro. No había nadie que hablara pues preferían pensar.

Una vez más el silencio se vio sometido, alguien se mantenía inquieto, alguien intuía que algo estaba a punto de pasar.

-¿Qué ha sido eso?-preguntó un tanto alarmada Ailyn ya con su mano derecha tocando a “La Poseída”

-¿El qué?-preguntó Emily sin inmutarse.

-¿No lo habéis sentido?-todas las miradas se fijaron en ella mientras sus pasos cesaban uno tras otro.

-¿Alucinas?-preguntó Hina preocupada-Quizá demasiada batalla te está provocando secuelas-

-No digas tonterías-protestó la bruja-Os juro que he sentido algo-

En verdad había sentido algo pues su piel, humana y blanquecina se mantenía erizada. Poco a poco esa sensación comenzó a convertirse en retales del pasado y la Ailyn se planteó la opción de que su compañera tuviera razón.

-Da igual-dijo al fin mientras seguía caminando adelantándose.

-¡Mierda!- se escucharon los gritos de Emily mientras algo tomaba su cuello y la arrastraba hacia el río.

Sus aguas no cristalinas pues los microorganismos de esta la volvían opaca, habían crecido desde hace semanas pues la lluvia y las tormentas habían favorecido la vida del río. Ahora la demonio ígnea había caído al agua y su cuerpo se había perdido tras la opacidad del agua.

-¡Os lo dije!-gritó Ailyn volviendo junto a sus compañeros ahora asomados a la valla al mismo tiempo que su rostro se contraía un tanto enojado.

-Si estuviera aquí Ian-comentó Hina que desenvainaba su katana ahora colgada en su cintura-Ya sabemos quien sería el primero en zambullirse en su rescate-

De repente cuatro tentáculos emergieron del agua amarraron los cuerpos de los cuatro muchachos y los arrastró hacia el río como había hecho con su compañera.

Emily se mantenía con las manos a la garganta intentando zafarse de aquel tentáculo que la agarraba con fuerza. Sin otra salida que utilizar sus habilidades natas de demonio observó como aquel tentáculo era consumido por unas llamas que ni siquiera el agua podía apagar y se dispuso a nadar hacia la superficie para salir del agua. No es que necesitara respirar en el mundo de los mortales pero aquella agua no la permitía vislumbrar nada.

Salió del agua y utilizó el impulso para colocar su cabello hacia atrás. Sus ojos permanecieron fijos en sus compañeros que ahora se introducían en el agua, arrastrados por tentáculos idénticos al que ella había incinerado.

Emily desenvaino a “La Escupe fuego” y se apresuró nadando a ayudar al compañero que más cerca tenía, a Orem. Se introdujo debajo del agua y abriendo sus ojos en vano pues no se veía nada buceó en busca del licántropo. Trascurrieron unos minutos en los cuales la muchacha se vio sola en las profundidades, no había nadie, al menos ella no los veía.

Furiosa dejó que sus ojos centellearan al mismo tiempo que una gota de sangre proveniente de su nariz teñía una milésima parte del río. El agua dulce del río comenzó a hervir provocando que esas burbujas impactaran contra la obligaran a ascender.

Como era de esperar sus compañeros se encontraban sobre la lámina de agua agarrados por aquellos tentáculos. Emily hizo que el fuego los consumiera segundos después de situar su mirada al lugar de donde surgía uno de ellos pues no surgían del mismo lado.

-¡Gracias Em!-gritó Hina agradecida al sentir como aquel fuego consumía aquello que la amarrada.

-¡Hay que salir del agua!-gritó Ailyn mientras alzaba su espada y esperaba a que sus alas se secarán para comenzar a volar.

-¿Por qué?-dijo la voz de una mujer desconocida para ellos-Yo me lo estoy pasando bien-

Su rostro era humano, su cuerpo también al menos de cintura para arriba pues el resto de su cuerpo lo ocultaba la lámina de agua. Pero había algo que la caracterizaba como criatura oscura, una fibra cubría su globo ocular al mismo tiempo que su cabello estaba formado por un único tentáculo lo que les advertía que no estaba sola pues habían sido cinco tentáculos los que les habían amarrado.

-¡Chicas!-gritó la mujer mientras su tentáculo caía por su hombro derecho y esta lo acariciaba con unas manos escamosas cuyos dedos se mantenían unidos por una fibra medio transparente-¡Tenemos invitados!-

A su alrededor emergieron cuatro mujeres muy parecidas a ella, lo que podía diferenciarla era el tono del tentáculo que hacía función de cabello y la forma del rostro tan diferente como lo eran el de los mortales.

-¡Hola!-dijo una de ellas con una gran sonrisa mientras sus dientes crecían puntiagudos y aterradores.

-Tengo hambre-le susurró una de ellas cuyo tentáculo era negro al igual que la fibra que cubría sus ojos que ahora se mantenía desapareciendo y mostrando una variedad de ojos humanos.

-Tranquila-dijo de nuevo la sirena que les había saludado simpáticamente cuyo tentáculo era ambarino.

-Hoy se acabará nuestra espera-dijo otra de ellas.

Ailyn agarró su espada y comenzó a ascender del agua dejando que el cuero escurriera el agua. Sus labios comenzaron a conjurar al mismo tiempo que los muchachos se miraban sintiendo como la voz de la bruja resonaba en sus mentes explicándoles lo que se disponía a hacer.

-¡Ahora!-gritó Jake mientras se introducían de cuerpo entero en el agua para impulsarse instantes después fuera de ella.

La mano de la bruja lanzó un rayo blanquecino que hizo que una pequeña parte del agua se congelara formando una plataforma en la cual sus compañeros cayeron. Aquellas criaturas oscuras desenvainaron sus armas y se colocaron en posición de ataque al mismo tiempo que la bruja se reagrupaba con ellos clavando sus tacones de aguja en el hielo.

Aquellas sirenas comenzaron a reírse dejando que sus carcajadas se alzaran más allá que el río Tormes. Aquellos ojos humanos con pequeños resquicios de oscuridad se fijaron furiosos a los muchachos, eso fue antes de que aquellas criaturas marinas se introdujeran en el agua.

-¡Estar atentos!-gritó Orem.

De repente las sirenas emergieron frente a cada uno de ellos colocados en círculo entorno a la placa de hielo. De cintura para abajo una larga cola de pez se mostraba del mismo color que el tentáculo. Aquellas mujeres se incurvaron en el aire y utilizaron sus aletas para golpear a sus enemigos.

El espíritu de lucha del que disponían los muchachos hizo una de las suyas. El licántropo esquivo aquel aletazo agachándose y bloqueando el contraataque con su espadón; la demonio de tormenta sintió como algo se dirigía a ella y apartó su cabeza al mismo tiempo que profería una patada para desviar el golpe; el vampiro golpeó con fuerza la aleta provocando que su atacante girara sobre si misma y saliera despedida; la bruja utilizó un hechizo rápido de telekinesia para empujar a su enemiga lejos de ella ; y finalmente la demonio ígnea utilizó la hoja de su espada para seccionar la parte de la aleta que se dirigía hacia.

Las sirenas profirieron un chillido ensordecedor al ver como la velocidad de la que disponían en el agua con la cual habían iniciado un ataque, se veía fuertemente reducida en el aire.

-¿Estáis bien?-preguntó Hina colocando su katana en defensa tras una serie de malabares con ella.

-Le he cortado al aleta-comentó Emily mientras sacudía la sangre de su espada.

-Tranquiliza tu conciencia, se regenerará-bromeó fríamente el vampiro mientras golpeaba las pistolas junto a sus muñecas y hacía que las cadenas se engancharan.

-¿Cómo se las mata?-preguntó la demonio ígnea.

-Como cualquier otra criatura-respondió Ailyn-¿Orem?-

-Darme un respiro-dijo tras un suspiro el muchacho mientras su mente cavilaba al mismo tiempo que sus ojos se fijaban en aquellas criaturas marinas que se dirigían a gran velocidad hacia ellos.

-¡Saltar!-gritó Hina sintiendo como algo se dirigía hacia ellos. El entrenamiento que la muchacha había experimentado había acabado con éxito, sus sentidos se habían agudizado, tanto que el no ver parecía no ser un problema.

Los muchachos se zambulleron en el agua mientras aquella lámina de hielo era destruida por aquellos tentáculos que hacían función de cabello y además podían extender su longitud a voluntad.

El licántropo envainó su espadón para poder sostenerse sobre la lámina de agua sin complicaciones. Sabía que una de aquellas sirenas giraba entorno a él por debajo del agua, secundaba un ataque pero solo pensaba en como detenerlas aunque para ello tuviera que sufrir daño. De repente unas grandes fauces se introdujeron en su pierna derecha, el muchacho no gritó si no que sumergió su cuerpo para poder extender sus manos. Salió del agua con la mujer amarrada del cuello y antes de que pudiera hacer nada, una flecha luminosa se introdujo por el cráneo de la sirena e hizo que su cuerpo se evaporara. Aquella sirena se evaporó como lo hacía el agua durante una cocción.

Con velocidad giró su cabeza para observar como las enemigas de sus compañeros eran atacadas por flechas de luz que provocaban el mismo efecto que el que habían hecho en su enemiga. Las cuatro criaturas fijaron sus ojos en el puente fue en aquel momento en el cual se llevaron la sorpresa. Una silueta se mantenía encapuchada, ocultando su cuerpo con aquella capa negra. Un ojo blanco les miró un tanto asombrado, la noche provocaba que no se supiera si su segundo ojo se mantuviera oculto o simplemente prescindía de él. Aquella silueta encapuchada cargó de nuevo una flecha que centelleó cuando la cuerda de su arco se estiró hacía atrás.

A los pocos segundos la flecha impactó contra la orilla del río con una pequeña nota escrita en su parte trasera.

-¡Espera!-gritó Jake mientras aquella silueta comenzaba a correr ondeando su capa y desapareciendo a causa de la lejanía.

-¿Quién era?-preguntó Ailyn-No he podido sentir su energía-

-No importa-ignoró Emily mientras sacudía sus brazos y piernas al igual que sus compañeros para mantenerse a flote-Salgamos de aquí me siento húmeda-




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