martes, 16 de febrero de 2010

Solo hay una forma de hacerlo

Aquellos ojos castaños se abrieron tras varias horas de letargo. Emily se encontraba boca abajo sobre su cama. Aquel cuerpo humano se mantenía completamente desnudo, su cabello castaño con terminaciones rubias la intentaba abrigar, se ondulaba sobre su espalda sin llegar a tapar su parte trasera, al menos no por completo.

Las sábanas se mantenían aun húmedas mientras la oscuridad se cernía sobre la habitación. Las antorchas ya se habían consumido seguramente antes de que las chicas hubieran acabado aquella noche, se respiraba tranquilidad, quizá demasiada tranquilidad.

Giró su cabeza sobre la almohada matrimonial con delicadeza para no despertar a su compañera pero allí no había nadie. El hueco donde había dormido la bruja se mantenía arrugado dándole forma. La mente de la demonio caviló un tanto asustada, era imposible que se hubiera ido sin ella, era improbable que hubiera podido saltarla para salir de la cama sin que ella ni si quiera lo sintiera. ¿Había desaparecido?

Entonces se llevó la sorpresa. Cuando se colocó boca arriba para incorporarse sus ojos se quedaron absortos durante un corto periodo de tiempo. Ailyn se mantenía tumbada en el aire, levitando sobre la cama casi tocando el techo de la habitación. Emily suspiró al no haberlo pensado antes, su mente había cavilando sobre un supuesto secuestro pero recién levantada no hubiera pensado que el descontrol de la bruja mientras dormía podía llevarla hasta ese punto.

De repente se abrió la puerta. Una ráfaga de luz anaranjada se adentro tras una silueta femenina. Su flequillo desfilado la delataba mientras aquella expresión infantil la precedía en todo momento.

-¡Chicas!-gritó Hina-¡Necesitamos que vengáis!-

Ailyn cayó del cielo y rebotó una serie de veces sobre el colchón. Su cuerpo blanquecino se mantenía completamente desnudo pues ninguna de las dos se había vestido antes de quedar dormidas la una sobre el regazo de la otra. Sobresaltada Emily se levantó de la cama con las sábanas abrigando su cuerpo desnudo ignorando por completo que ahora su compañera había quedado sin protección.

-¡Ya vamos!-gritó la bruja sobresaltada después de haber perdido las sábanas.

Hina cerró la puerta. Ahora la habitación se sumía de nuevo en la oscuridad tan solo el cuerpo humano de la bruja se podía identificar entre las sombras.

-¡Emily!-chilló de nuevo-¡No veo nada!-

-Yo te veo a ti-dijo ella sonriente intentando encontrar alguna antorcha para prenderla.

Los labios de la otra muchacha comenzaron a pronunciar palabras en el más profundo latín. De sus manos emergió una bola luminosa que ascendió como si de un globo de helio se tratara. Cuando chocó con la piedra del techo está explotó en un montón de chispas como un fuego artificial lo que la demonio ígnea aprovecho para encender las cuatro antorchas que se mantenían desgastadas en la pared.

-Vistámonos-dijo Emily mientras observaba los pechos de la muchacha.

De nuevo todos se mantenían en aquel amago de salón. Aquellos sillones estaban a rebosar de personas mientras uno de ellos decidió hablar.

-¿Por dónde empiezo?-preguntó Orem mirando al techo.

De repente Hina comenzó a hablar con una velocidad inhumana, cuando terminó se hizo un gran silencio. Nadie la había entendido y ella se mantenía con una sonrisa inocente.

-Esta noche habrá lluvia de sangre en el local donde Ailyn encontró la alta energía oscura-comenzó Orem- Cuando suene la última campanada de la torre los humanos que se encuentren ahí servirán de alimento a nuestros enemigos-

-Tenemos que impedirlo-dijo Jake-Aprovechemos ese momento en el que se encuentran débiles para acabar con ellos-

-Tienes razón-dijo el licano de nuevo-Pero hay otro problema-

-Sorpréndenos-añadió Ian un tanto irónico.

-Hemos encontrado demonios espirituales rondando por las alcantarillas muy cerca de una de las puertas de los pasadizos-

-¿Cuántos?-preguntó Ailyn.

-Diez aproximadamente-dijo él maldiciendo no haberlos contado.

-Los poltergeist no son un problema-dijo Emily-El problema es que vengan las demás tropas-

-No importa-dijo la bruja mientras se levantaba-Levantaré un muro mágico alrededor de la guarida. Está noche les daremos caza, no podemos dejar escapar esta oportunidad-

-No podemos destacar-dijo Jake.

-Entonces tendremos que camuflarnos-añadió Ian mientras practicaba con su cabellera rizada.

-Orem-dijo Hina-Tenemos cinco horas para planear algo-

-Es más que suficiente-dijo él mientras le guiñaba un ojo.








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