viernes, 19 de febrero de 2010

Un gran peligro se cierne sobre ellos

El vampiro se asomó al pasillo y observó como su compañera se mantenía observando a través de una pequeña apertura queriendo descubrir el generador de tanta energía oscura.

-¿Qué coños haces?-susurró Jake mientras la ígnea se introducía en los conductos ayudada tanto desde abajo como desde arriba-Hay que largarse-

-Quiero verle-dijo ella mientras sus ojos se abrían de par en par descubriendo aquel rostro-¡Correr!-gritó mientras se reunía con sus compañeros y se introducían aun más rápido por el conducto para salir de allí-¡Estamos en grave peligro!-


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El cuerpo de Maite temblaba mientras aquellos gritos iban desapareciendo de su cabeza. El silencio ahora rebotaba sobre las paredes de “La Sociedad” mientras ella intentaba no correr más su rimel con otra serie de lágrimas.

Tras haberse besado con aquel apuesto muchacho, la aspirante a periodista fue al baño a retocarse y cuando quiso volver a entrar todo había enloquecido. La sangre ya había manchado las paredes de sangre mientras aquellas criaturas se peleaban sin piedad. No tuvo más remedio que ocultarse de nuevo en los aseos femeninos y encerrarse en uno de los cuartos.

Caminó un tanto asustada pues el silencio era inquietante. Abrió la puerta para salir de los aseos y se encontró aquella imagen traumatizante. Cadáveres yacían a un lado y al otro del bar mientras un hombre la miraba con unos ojos brillantes y negros.

-Serás el postre-dijo aquella voz grave acompañada de unos ecos fantasmagóricos.

De repente aquella figura se movió con rareza pero a gran velocidad. Cuando Maite se quiso dar cuenta aquel demonio devoraba su alma.


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-Narigudo, pelo moreno,…-describió la muchacha mientras acariciaba su pierna derecha la cual se mantenía desnuda ya que había arrancado esa parte del pantalón minutos antes.

-¡Pajurca!-bromeó Orem sonriendo mientras su compañera le fulminaba con la mirada.

-Belzebú-susurró ella mientras los seis se sentaban un tanto agotados en la grúa que se erguía sobre la plaza de la gran ciudad.

-¿¡Estás segura!?-gritó Emily mientras hacía que aquella ballesta dispara una flecha al aire. Aquella demonio sentía angustia al no haber podido utilizar aquel arma, en parte odiaba las armas modernas pues hacían perder la utilidad a las antiguas.

-Apostaría mi vida con total seguridad-dijo ella mientras observaban la Plaza Mayor desde aquellas alturas con las piernas en aire.

-Entonces tienes razón-dijo Jake-Estamos en un grave peligro-

-Hemos podido morir-comentó Ian que apoyaba su cabeza en el hombro del vampiro.

-Estos demonios no querían matarnos-dijo Ailyn-Si no, lo hubieran hecho sin problema alguno-

-Contaban con un demonio de rayo-apuntó Orem-El hubiera sido suficiente para acabar con todos nosotros-

-¿Porqué no lo hicieron entonces?-preguntó el incubo.

-Porque quieres que presenciamos la conversión total de la ciudad con nuestros propios ojos-respondió la bruja intuyendo los que se les venía encima.

-Hay que prepararse para lo que se nos venga encima-dijo el licántropo mientras se dejaba caer.

Su cuerpo se vio atacado por el fuerte viento mientras recorría aquella gran caída. Al cabo de unos cuantos minutos el muchacho llegó al suelo de la plaza. Sus compañeros no tardaron en llegar, ahora comenzaba la verdadera lucha.





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