martes, 16 de febrero de 2010

No todo necesita una explicación

Extra

-Creo que ya va siendo hora de que se enteren-comentó Jake mientras se mantenía apoyado en lo que parecía una mesa.

-¿Tú crees?-preguntó Hina que chocaba sus dedos índice imitando una expresión japonesa.

-Sí, yo creo que sí-habló Emily sin poder evitarlo.

-¡Venga!-gritó Orem-¿Quién lo cuenta?-

-Que lo diga la rubia-comentó Ian con una simpática sonrisa en su rostro mientras aquellos cinco pares de ojos se quedaron fijos en la bruja de cabello rubio y moreno.

-¡Malditos!-les maldijo ella mientras su mirada les fulminaba. No había vuelta a atrás era mayoría. Sus compañeros comenzaron a rodearla tomando posturas cómodas y esperando una historia un tanto extensa-Allá voy-suspiró.

“Vuestros ojos aun no han podido verlo pero una criatura oscura no puede morir al menos en vuestro mundo. En el mismo instante en el que sufre un golpe mortal, es decir, algo cuyas probabilidades de muerte exceden lo suficiente a un humano, regresa al plano demoníaco, a nuestro mundo”

-¡Cuéntales nuestra historia!-gritó Ian efusivo esperando protagonizar alguna anécdota.

-Tendré que contar mi historia para que puedan entenderlo-comentó Ailyn mientras les miraba.

-¿A qué esperas?-preguntó Jake con frialdad-Estoy empezando a aburrirme-

-Mueres,…-dijo antes de comenzar de nuevo,

“Mi existencia siempre ha sido muy compleja. Tanto en vida como en “muerte” ha sido desarrollada de la misma forma.

Nuestra ciudad principal se divide por pisos que ascienden en forma de calles. Las casas son normales, es decir, tienen aspectos más avanzados que la de los humanos y siempre existe algún que otro avance mágico que las hace más peculiares.

Existen tres líderes que gobiernan la gran sociedad. Tres líderes que administran las cuatro leyes principales cuyo no cumplimiento conlleva a la muerte del alma.

1º- Está terminantemente prohibido viajar al mundo de los mortales.

2º- Criaturas de diferentes razas no se podrán mezclar.

3º- Nunca negarás un castigo.

4º- La falta de sometimiento a cualquiera de los tres líderes será también castigado con la exterminación del alma.

Normas impuestas por un mismo fin, no revelarse nunca.

Las criaturas oscuras nos dividimos por aquelarres. En el mismo momento en el que nacemos se nos es asignado un aquelarre, una familia de nuestra misma raza. Cada aquelarre es liderado por un capitán que nos entrena en nuestras facultades.

Todo esto surgió a cuenta de la batalla con los ángeles. Una guerra por conquistar el mundo de la luz. Una batalla que perduró durante una larga era en la cual cada raza se encarga de una función. No hablaré de todos, si no de los más importantes para nosotros.

El aquelarre de los lupinos se encargaban de proteger las murallas que rodeaban nuestra ciudad.”

-¡Sí!-gritó el licántropo inconscientemente.

-¿Puedo seguir guardián?-preguntó Ailyn-¿O quieres contarlo tú?-

-Sigue por favor-dijo él mientras incurvaba su cabeza en forma de perdón.

-Como iba diciendo los licántropos eran los encargados de guardar las puertas de la ciudad-prosiguió-Los enemigos querían cruzar aquellas paredes para poder eliminar nuestras armas más potentes pero los hombres-lobo la guardaban a conciencia-

“A los vampiros se le encomendó la tarea de cazar. Se encargaban de traer los prisioneros que no se resistían pues si lo hacían no les quedaría otra salida más que darles muerte”

-Por eso había tan pocos-dijo Jake acompañado de un suspiro. La muchacha profirió un gorgoteo de garganta, como si se la estuviera aclarando a la vez que llamaba la atención.

-También ejecutaban los ataques sorpresa, se ocultaban en las sombras y atacaban por la espalda-dijo la bruja mientras su mirada fulminaba al vampiro.

“Los demonios ígneos se encargaban de torturar a los prisioneros, de sonsacarles información crucial para la batalla y de darles muerte tras la entrevista”

-O un poquito antes-añadió Ian con una sonrisa en su rostro justo antes de que un puño golpeara su hombro-¡Ay!-

-¿Vais a interrumpirme todo el rato?-preguntó Ailyn un tanto enojada.

-No si tu no quieres-dijo Emily mientras su dedo se introducía en la terminación de las costillas produciendo que la bruja se incubara mientras decía-¡Ain!-

-Ian puedes ir saltando voy a hablar de vosotros-anunció ella mientras el rostro del muchacho se contraía en una mueca inundada de alegría.

“Los íncubos eran unos de los aquelarres que se encargaban de castigar a los errados. De torturarlos sexualmente para que estos sintieran arrepentimiento por pequeños fallos que cometieron”

-Por eso Jake siempre “se confundía”-comentó Hina.

-¿Puedes seguir Ailyn?-dijo él ignorando ese comentario.

“Los demonios de las tormentas eran los llamados “armas secretas”. Eran utilizados en un ataque de área. Se les ordenaba invocar todo su arsenal sobre los dominios del enemigo, ocultaban a nuestros soldados entre la niebla e incluso fulminaban al enemigo con rayos”

-Eso no quita que fuéramos utilizados-dijo la muchacha mientras sus ojos tornaban reflectantes y un nubarrón aparecía sobre ellos.

-¡Hina!-gritó Orem mientras los rayos comenzaban a caer inconscientemente muy cerca de aquellos adolescentes.

-Lo siento-dijo ella mientras se tranquilizaba al mismo tiempo que las nubes desaparecían.

-Y finalmente las brujas éramos las encargadas de juzgar-resaltó la voz de la joven sobre la de los demás acallando las voces- Nosotras decidíamos lo que hacer tanto con los prisioneros como con los errados. Estábamos en un escalafón inferior al de los líderes ya que teníamos contacto directo con ellos-

“Aquella batalla duró una larga era. Para cuando los ángeles se rindieron los humanos ya habíais abandonado los taparrabos y las lanzas por vestidos de alto escote y armas de fuego.

Sin tiempo para dialogar aparecieron los renegados. Criaturas oscuras cuya forma de pensar no se asemejaban a las nuestras, ya que los líderes nos tenían bien ocupados para hacernos pensar. No duraron mucho pues les dimos caza con velocidad en el mundo de los humanos. Allí enviaron a Netheril para vigilar a los mortales, junto con Ariadna eran nuestros centinelas.

Después de todo esto estalló la guerra de las razas. Las ideologías de cada raza comenzaron chocar las unas con las otras generando la batalla más larga de todas.
Pero toda esa atención se decantó a una sola persona. La líder del aquelarre de las brujas envió a siete de sus pupilas al mundo mortal. Aquellas brujas no tardaron en ser quemadas en la inquisición pues sus costumbres de utilizar la magia para todo, no fue bien aceptada.

Cuando regresaron su maestra ya había sido asesinada por Darouji más conocido como el genio oscuro. Su aquelarre había sido cruelmente asesinado, la furia que sentía en su interior fue el factor clave para crear el castigo perfecto. Sin pudor alguno sentenció “Qué sus ojos presencien lo que van a tener que sufrir”

Las brujas tuvieron que observar como sus compañeras eran asesinadas ante sus ojos, poco a poco fueron exterminadas hasta que solo quedó una. Darouji no pudo asesinarla pues observó como aquella bruja invocó sus poderes sin necesidad del péntaculo invertido. Descubrió que la estrella que se necesitaba para potenciar el poder de una bruja residía en su espalda, era como si aquella energía elemental se encontrara en su interior. Sin demorarse la hizo su pupila y justo en el mismo momento en el que su mayor confianza residía en ella, esta le decepcionó.

Todo empezó cuando comenzó a hablarles del mundo mortal a otras criaturas. Les describía cada detalle, les comentaba cada avance que habían echo sin la ayuda de la magia y eso fue lo que les llamó la atención. Viajaron al mundo mortal faltando a una de las cuatro normas. En aquel momento sus ideologías se convirtieron en una, compartían opiniones y llegaron a trasformarse en un nuevo aquelarre.

Como era de esperar a su regreso fueron castigados. La bruja consiguió convencer a su maestro de que no hablara de aquel error que estaría dispuesta a castigar a sus compañeros si con eso conseguiría no darles la muerte de alma. Él aceptó, hizo que aquellas criaturas se sumergieran en un letargo casi eterno.

Pasó el tiempo, en el mundo mortal aparecieron los primeros automóviles. Pero entonces los tres líderes decidieron invadir el mundo de los mortales, querían expandir sus dominios y sabían a la perfección que estos no les pondrían resistencia. Para ello necesitaban una buena estrategia, habían comprobado que el hacerlo a lo loco no llevaba a nada y necesitarían mil años para elaborar el plan perfecto.

Me negué a hacerlo, por ello me confiné en un cuerpo mortal y a causa de esto decidí invocar a mi maestro. El mundo necesitaba de mi ayuda. Los demonios pretendían invadir el mundo de los mortales eliminando la norma por la cual mis compañeras fueron ejecutadas. No estaba dispuesta a permitirlo, no estaba dispuesta a que los mortales no tuvieran opción a defenderse por lo que me sometí a un sacrificio”

-¡Bravo!-aplaudió Ian mientras saltaba.

-¡Has estado fascinante!-dijo Orem.

-Esperó que os hayáis aclarado un poco-comentó Jake-Por que no estoy dispuesto a aguantarlo otra vez-




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